miércoles, 2 de enero de 2013

Ezra Pound - Catay (4)

SUREÑOS EN UNA TIERRA GÉLIDA

El caballo de Dai relincha contra el helado viento de Etsu,
en el norte, los pájaros de Etsu no sienten amor por En,
la emoción nace de la costumbre.
Ayer partimos del pórtico de la Oca Salvaje,
hoy desde la Pluma del Dragón.
Sorprendidos. Torbellino del desierto. Sol marino.
Copos de nieve turban el cielo de los bárbaros.
Enjambres de piojos, como hormigas, cubren nuestros vestidos.
Mente y espíritu sustentan banderas imperiales.
Una dura batalla no ofrece recompensas.
La lealtad es difícil de explicar.
¿Quién se lamentará por el General Rishogu,
          el de pies alados,
cuya cabeza cana está perdida para esta provincia?



POEMA SENNIN POR KAKUHAKU

Los martín-pescadores rojos y verdes
          destellan entre las orquídeas y el trébol,
un pájaro vierte su fulgor en otro.

Verdes pámpanos cuelgan a través del alto bosque,
tejen un gran techo para la montaña,
el hombre solitario se sienta con parlamento mudo,
tañe y acaricia las límpidas cuerdas.
Lanza hacia arriba su corazón, a través del cielo,
muerde el pistilo de una flor
          y hace brotar una fuente hermosa.
El dios del pino-rojo lo ve y se maravilla.
Cabalga por el humo púrpura para visitar al sennin,
coge a "Colina Flotante" de la manga,
golpea con su mano suavemente la gran agua sennin.

Pero tú, multitud maldita de pequeñas moscas,
¿podrías decir siquiera la edad de una tortuga?


LA BALADA DEL CAMINO DE LAS MORERAS

El sol se alza en la esquina sureste de las cosas
para observar la gran casa de los Shin,
pues ellos tienen una hija llamada Rafú
          -hermosa niña-,
que se inventó un nombre para sí: "Velo de Gasa",
porque alimenta con hojas de morera a gusanos de seda.
Las coge cerca de la muralla sur de la ciudad.
Hace con fibras verdes la urdimbre de su cesta,
construye las correas de su cesta
          con ramas de katsura,
y se recoge los cabellos en el lado izquierdo.

Sus pendientes están hechos de perlas,
su enagua, de seda muy fina,
su falda, de la misma seda teñida de púrpura,
y cuando los hombres que pasan miran a Rafu,
          dejan sus fardos en el suelo,
se paran y se atusan los mostachos.

(Manuscrito, muy temprano, de Fenollosa)


VIEJA IDEA DE CHOAN POR ROSORIU

I

En Choan las calles cortan el amplio camino real,
oscuros bueyes, caballos blancos,
          arrastran siete carrozas con lacayos.
Las carrozas son de maderas perfumadas,
el sitial enjoyado se levanta en la senda
frente al pabellón real:
un resplandor de áureas cabalgaduras, que espera a la princesa,
se arremolina ante la puerta de los barones.
El pabellón recamado con dragones
          bebe el sol y luego lo rechaza.
Llega la noche.
          Los arneses están rodeados de niebla.
Las cien fibras de la niebla se expanden
          y doblan a los árboles,
pájaros nocturnos y mujeres nocturnas
diseminan sonidos por los jardines.

II

Aves con alas floreadas, mariposas que revolotean,
          se amontonan en mil pórticos,
árboles que resplandecen como jade,
          terrazas teñidas de plata
la simiente de un millar de tonos,
una red de enramadas y pasajes y caminos cubiertos,
torres dobles, techos con aleros,
          flanquean las enramadas del camino:
el lugar de un encuentro feliz.
La casa de Riu se alza sobre el cielo,
          con resplandores de color
como Butei de Kan creó el gran loto de oro
          para juntar su rocío,
frente a ella otra casa que yo no conozco:
¿cómo pordríamos reconocer a todos los amigos
          a quienes encontramos por extraños caminos?


"LA NUBE INMÓVIL", POR TO-EM-MEI

"Húmeda época primaveral -dice To-Em-Mei-,
húmeda primavera en el jardín".

I

Las nubes se han adensado cada vez más,
          y la lluvia no para de caer,
los ocho pliegues de los cielos
          se han reunido en una sola oscuridad,
y el camino se estira llano y dilatado.
Me detengo en mi cuarto del este, tranquilo, tranquilo,
acaricio mi nueva pipa de vino.
Mis amigos se distancian o están lejos de aquí,
inclino la cabeza y permanezco inmóvil.

II

Lluvia, lluvia, y las nubes se han adensado,
los ocho pliegues de los cielos son oscuridad,
la llanura se ha convertido en río.
          "¡Vino, vino, llegó el vino!"
Bebo junto a la ventana de levante.
Pienso en conversaciones y en el hombre,
y ni barca ni carruaje se aproximan.

III

Los árboles en mi jardín que da a levante
          estallan con renovados brotes,
tratan de suscitar un nuevo afecto,
y los hombres dicen que el sol y la luna siguen moviéndose
          porque no pueden encontrar un asiento cómodo.
Los pájaros se alborotan por descansar en mi árbol,
          y creo que les he oído decir:
"No es que no existan otros hombres,
pero éste es el compañero que nos gusta más;
sin embargo, aunque ansiamos hablar,
él no puede saber de nuestra pena."

Tao Yuan Ming, 365-427 d. C.



Extraído de "Personae. Los poemas breves", Ezra Pound. Ed. revisada, al cuidado de Lea Baechler y A. Walton Litz. Traducción de Jesús Munárriz y Jenaro Talens. Poesía Hiperión.